top of page

Abasto

De niño quise ser jugador de fútbol. Cuando me dí cuenta de mis dos grandes problemas, la pierna izquierda y la derecha, empecé a caer en la cuenta que los sueños no siempre son una cosa sencilla. Empecé a imaginarme escritor, como Fontanarrosa. Me veía escribiendo cuentos de futbol, bares, amistades. Pero la realidad tampoco es una cosa sencilla. Prefiero contarles lo del 20 de Julio de 2007 .

Era de noche, 1 AM para ser precisos. Empecé a caminar, buscaba algún mendigo que me dé una gran historia. No lo encontré.

Terminé en una fonda del Abasto profundo. Pedí una cerveza, y otra, la tercera ... cuarta...

Algo pasó. De repente, la silla se empezó a levantar, siguió, estaba casi en el techo. Miré hacia abajo, vi a la gente, sus tristezas, sus recuerdos. Me aburrí.

Giré la cabeza hacia la calle Jean Jaures. Vi un morocho que se parecía a Gardel. Pero este cantaba mejor, ¿o será el tiempo ? Luego dí la vuelta para el lado de Anchorena. Había un pelado, un cajón de manzanas, una guitarra. Lo raro es que ahí ya era una mañana de sol.

Me desperté en casa. No entendía demasiado. Me levanté. Tropecé con una nota que decía: Flaco, linda borrachera. Te tuve que traer. Cuidate.

Firmaba un tal Negro Roberto.

A Fontanarrosa, in memorian.

Tags:

Libros
Otras entradas
Buscar por categorias
Seguir
  • Facebook Classic
  • Google Classic
Web amigas
bottom of page