Una carta
De los posibles géneros de escritura, creo que mi favorito es el "género epistolar", disfruto mucho escribiendo "cartitas". Pero no soy el único, porque si bien en este siglo que nos toca muchos olvidan de su letra cursiva, probablemente sea la época de la humanidad en que mayor cantidad de cartas se escriben. Ya sin el “aura” de una letra desprolija, o un determinado olor de una hoja, pero cartas al fin y al cabo. A continuación, podrán apreciar una de mis últimas “cartitas” a una bonita pareja de amigos, recientes padres para más datos.
Amigos:
Hace un par de días ví un documental donde Litto Nebbia cuenta cómo compuso el tema "La Balsa".
En resumen, la historia es que los loquitos lindos que inventaron el Rock en Castellano, cuando terminaban sus noches, se quedaban desayunando en el bar La Perla, frente a Plaza Once. Se juntaban ahí, lisa y llanamente, porque a la madrugada era de lo poco que quedaba abierto en la ciudad.
"La Balsa" surge justamente en el Bar La Perla, cuando Tanguito le pide a Litto Nebbia que lo acompañe al baño con una guitarra, porque quería mostrarle algo que se le había ocurrido. Tanguito empieza a tararear "estoy muy sólo y triste / en este mundo de mierda".... y Litto aprovecha para cambiar la palabra "mierda" por "abandonado", y así de a poco van armando la canción entre los dos.
¿Cuál es? ¿A que viene esta historia?
Todo tiene que ver con todo en este universo, y un rato después de ver el documental, recibí un e-mail con fotos de su hija querida.
Ese pibe Tanguito la estaba pasando mal, aunque en ese "pasarla mal", por una extraña combinación de los astros, logra transmutar el "sólo y triste" en una preciosura de canción. Lo bonito de esa canción, es que no se queda en el "estoy sólo y triste", sino que se propone "conseguir / mucha madera / ... conseguir / de donde pueda".
Mucha madera pa´ construir, construir... aún en el peor de los días, cuando todo parece derrumbarse, construir, construir...
Y ustedes, mis amigos, por uno de esos milagros de la naturaleza, nueve meses después de un "chingui-chingui", una cosita hermosa les ha nacido al mundo... ¡maravillosa y delicada construcción!
Lo que han construido, esa semilla que ha germinado, ahora a regarla días tras día. Y la planta va a crecer, crecer, y por un largo tiempo, ustedes van a ser su guía, su escudo, su defensa frente al mundo.
Divina responsabilidad, enseñarle a mirar a una personita. Pero también, mis amigos, ustedes se han construido, con mucha madera, su propio escudo frente al mundo. A partir de ahora, tienen quien los defienda, quien le va a dar un sentido aún a los días tristes. Y en el diario aprendizaje, van a tener la oportunidad de adquirir mayor sabiduría, de entender lo profundo de la condición humana, que simplemente somos seres que queremos comer, dormir, reír...
Y dentro de muchos años, cuando esta dulzura ya no sea tan dulzura, cuando aparente no quererlos, se les rebele... paciencia, sólo paciencia, ese será el momento en que la niña comience su propio y personal camino de sabiduría, y así empezar a entender, poquito a poco, que entre todas las cosas que somos, ante todo somos AMOR.
Sí, también por el encuentro de dos cuerpos, también por eso, pero principalmente porque nos han dado de comer, nos han limpiado la caquita, y nos han protegido frente al mundo abandonado. Con mucha, mucha madera...
Los abrazo con los brazos.
Andrés