El perro
Aquel día en que saliste a buscarte
trepaste a la montaña
y anduviste entre senderos
de sauces y rocas.
Aquel día
en que el perro te seguía
no dejaba de seguirte
aún cuando le decías que no
mirá que es jodido
el lugar al que voy.
Pero el perro
con esa carita de perro
te miraba a lo profundo de tus ojos
y no podías dejarlo
porque al fin y al cabo
los perros son perros
y entienden de lugares.
Del libro "La vida suspendida"